La web 2.0 nos ofrece numerosas herramientas para que el alumno tenga contacto con la lengua que le enseñamos. Sin embargo, la gran novedad es que este contacto ya no es solo un contacto pasivo, sino que el alumno toma parte y utiliza la lengua, de manera que se sitúa en el lugar que realmente le corresponde, el de protagonista de su propio proceso de aprendizaje.
Es así como la web 2.0 le devuelve el protagonismo al estudiante de lenguas que hasta ahora se había visto obligado a consumir información (en muchos casos carente de interés para él) sin poder tomar parte de ella, al estudiante que se sentía impotente al no poder utilizar la lengua fuera del aula donde la aprendía.
Se trata, pues, de una revolución tecnológica con unas consecuencias aún más revolucionarias para nuestra clase de ELE. Es por ello que, ahora más que nunca, es muy importante que sepamos estar a la altura de las circunstancias.
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